domingo, 24 de octubre de 2010

OLORES


No llego a saber porque, pero cuando tenia 17 años y por primera vez entre allí, me sentí como en casa, cuando aquellos hombres me enseñaron su oficio, me sentí uno de ellos, cuando me enseñaron sus reivindicaciones, las hice mías, creo que fue porque desde que era un bebe, mi padre cuando llegaba a casa, olía así, igual que el taller, a hierro. Y desde entonces, es allí donde mas cómodo me siento y no entre las falsedades y las puñaladas de las oficinas, no delante de alguien que dice algo y hace lo contrario. Me siento bien entre hombres y mujeres que no dan por hecho ser superiores a nadie, que ayudan a los nuevos, que desde un principio te hacen sentirte uno más y no un intruso que les va a quitar el trabajo. No me gustan las luchas palaciegas, ni las traiciones, ni venderme. Esto seguramente no es bueno porque cuando tenga 67 años seguiré oliendo a hierro, hormigón o grasa, pero estoy contento porque oleré como mi padre, un gran hombre.

2 comentarios:

  1. Prefiero ser Punki... que maricón de playa!!!!
    Muy ácido... corrosivo

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  2. Ostras, Shrek ha vuelto!

    A veces hay que rebuscar un poquito en el pasado para no olvidarnos de dónde venimos y hasta dónde podemos llegar... Puede ser doloroso, pero siempre acaba siendo gratificante.

    Un gran hombre, en todos los sentidos, doy fe... ;)

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